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16 de octubre de 2012

una dieta saludable sigue siendo una dieta equilibrada


Con una creciente popularidad de las dietas adelgazantes bajas en carbohidratos y altas en proteínas y algunas grasas, los profesionales de la salud se ven alarmados ante los posibles efectos colaterales que estas pueden tener a largo plazo.
Aunque las dietas bajas en carbohidratos que contienen menos energía pueden tener efectos beneficiosos a corto plazo efectos sobre el control del peso y la resistencia a la insulina en algunos pacientes, una dieta saludable sigue siendo una dieta equilibrada.
Un estudio reciente encontró que las dietas bajas en carbohidratos y altas en proteínas, de ser incorporadas durante muchos años en forma regular, se asocian con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. En el estudio, más de 43.000 mujeres suecas de entre 30 a 49 años, fueron observadas durante un promedio de 15 años.

Los investigadores encontraron que una disminución de 20 gramos en la ingesta diaria de carbohidratos y un aumento de 5 gramos de la ingesta diaria de proteínas se correspondían con un aumento del 5% en el riesgo global de enfermedad cardiovascular. En el año 2010, en otro estudio se encontró una asociación positiva entre el consumo de carne roja y el riesgo de enfermedades del corazón entre las mujeres.

El ejercicio juega un papel muy importante en el logro y mantenimiento de un peso saludable. Una dieta saludable sigue siendo una que está equilibrada en términos de carbohidratos, proteínas y grasas, así como vitaminas y minerales.
La mejor manera de lograr una forma saludable y balanceada de comer, es seguir las directrices dietéticas recomendadas por los profesionales de salud.


Beber mucho líquido



Nuestro cuerpo está formado por un 50/60 % de líquido en relación al peso total. Lo consumimos de diferentes maneras, ya sea a través de los alimentos, con las bebidas o en procesos metabólicos, pero en menor medida. Al mismo tiempo se pierde por medio de la orina, la materia fecal y la transpiración.

Las bebidas recomendadas por los especialistas en caso de realizar una dieta hipocalórica son el agua mineral (con o sin gas), gaseosas y jugos sin azúcar e infusiones como te, café, mate, etc. También pueden ser incluidos los caldos sin calorías. Todos estos líquidos son muy importantes en los planes dietarios para adelgazar, especialmente cuando se realizan tratamientos que excluyen los hidratos de carbono provenientes de cereales, harinas, azúcares refinados y tubérculos.

Algo que sucede durante estas dietas es que los líquidos permiten a las personas sentirse más llenos, facilitando la ejecución del plan hipocalórico. Los líquidos calientes en particular producen una sensación de saciedad, pero son otras las razones para considerarlos imprescindibles en esta clase de régimen.

Cuando se realizan dietas para bajar de peso, el volumen de comida es mucho menor, lo que deriva en una menor cantidad de agua procedente de la misma. Las harinas y azúcares refinados hacen que nuestro cuerpo retenga líquidos. Los planes alimentarios que prescinden de estos elementos terminan siendo diuréticos. En conclusión, es necesario agregar a la demanda de líquidos básica una cantidad complementaria por la pérdida y además por el menor ingreso.

El efecto diurético mencionado anteriormente puede inducir a veces un incremento en la pérdida de vitaminas y minerales. Los líquidos ingeridos aportan todos éstos nutrientes (algunos cuando están fortificados) y también electrolitos, además de reponer el líquido perdido.

El organismo nos llama la atención sobre estas necesidades a través del hambre y la sed, diciéndonos que son fundamentales para vivir. Las zonas del cerebro encargadas de producir hambre y sed están muy próximas una de la otra. Puede que esa sea la razón por la que cuando el cuerpo quiere dar a entenderlo, reconoce meramente una “necesidad” sin decir exactamente cuál de las dos es. Con alimentos se pueden saciar ambas cosas, razón por la que muchas personas ingieren mucha comida pero poca bebida. De esta manera, si consumimos la cantidad suficiente de líquido, no vamos a excedernos con los alimentos ni confundir hambre con sed.

La hidratación es muy importante cuando se realiza actividad física. Hay que beber mucho líquido antes, durante y después, ya que es común perder sales minerales al transpirar. La actividad física es fundamental en cualquier tratamiento serio de pérdida de peso, obviamente ajustada a cada persona.

Es muy simple aunque parezca complicado, sólo basta empezar el día con dos vasos de agua y seguir sin pensarlo demasiado hasta la hora de dormir. De esta manera estaremos mejorando nuestra calidad de vida.


El consumo de sodio es fundamental


Mientras que las autoridades de salud de todo el mundo advierten a los consumidores reducir el consumo de sal en la dieta, varios estudios recientes han sugerido que el no consumir suficiente sal puede ser tan perjudicial como consumir demasiada.

La industria de la sal se abalanzó sobre esas investigaciones, diciendo que las pautas dietéticas para el consumo de sodio son erróneas y deben ser retiradas.

Uno de los estudio se basa en encuestas nacionales a más de 6.200 niños y adolescentes de entre 8 y 18 años. Los jóvenes tuvieron su presión arterial medida entre una y tres veces y también informaron acerca de los alimentos consumidos durante las 24 horas previas.
En promedio, habían consumido 3.387 miligramos de sodio al día – mucho más de los 2.300 mg recomendados como límite superior.
De acuerdo con los datos anteriores, los niños consumen tanto sodio como los adultos, lo que supera con creces la cantidad recomendada.

Investigadores hallaron que por cada 1.000 mg de sodio extra en la dieta de los niños, hubo un aumento de un punto en la presión arterial. Entre los niños con sobrepeso y obesidad, cada porción de 1.000 mg de sodio fue relacionado a un aumento de la presión arterial de 1,5 puntos.
El consumo elevado de sodio no solo es algo que debe evitarse, sino también es un indicativo de una dieta poco saludable.
Sin embargo, una ingesta insuficiente de este nutriente, también es algo indeseable. El sodio es un recurso muy necesario para el buen funcionamiento del organismo; y como siempre, la clave es encontrar el balance justo.

Fuente  blogdefarmacia.com

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