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7 de mayo de 2011

Los transportes de cargas



Está muy bien levantar cientos de kilos del suelo, subiendo y bajando la barra. El peso muerto y la sentadilla generan fuerza y músculo a raudales. Sin embargo nuestros antepasados (y cualquiera que aún hoy día realice trabajo físico) no se limitaban a levantar y bajar una carga del suelo: también la trasladaban de un sitio a otro. Piensa en el cazador llevando su presa capturada a la espalda, el granjero trayendo el agua del pozo, o los que inclusive araban con el yugo a cuestas porque no disponían de una mula para hacer el trabajo.

De hecho, muchas veces se nos da el caso de que tenemos que trasladar la bombona de butano, empujar algún mueble, o arrastrar una alfombra y nos sorprendemos al ver que cuesta bastante a pesar de nuestras horas de gimnasio.

Dan John, reconocido entrenador, asegura que los transportes cargados pueden ser la pieza que falta para desarrollar más músculo, más fuerza, y posiblemente romper el estancamiento que no te deja avanzar. Veamos algunas variantes.

Variantes del transporte de cargas:

Categoría 1: llevando el peso en las manos

A 1 Mano

Paseo del camarero: El peso se sostiene con un brazo recto sobre la cabeza. Es la variante en que se utiliza un peso más ligero y es magnífico para los hombros.

Paseo de la maleta: Agarra un peso en una mano a modo de maleta y camina. Los oblícuos de la parte opuesta tendrán una conversación contigo el día siguiente.

Paseo en Rack: Normalmente se hace con badajo (kettlebell), sosteniéndolo en posición de carga (rack) delante del pecho, como en un clean. Es un movimiento que enseña al atleta como funcionan los abdominales.

A 2 Manos

Paseo en Press: Es como el paseo del camarero, pero con los dos brazos al mismo tiempo. Los pesos parecen cobrar vida cuando te mueves. Ni se te ocurra ir al fallo, es peligroso.

Paseo del granjero: Este es el más conocido. Agarra dos pesos (normalmente mancuernas, pero pueden ser kettlebells o barras) y camina como lo haría un granjero que lleve 2 cubos de agua. Se puede hacer con mucho peso y distancias cortas, o con peso más ligero y distancias más largas.

Paseo en Rack doble: Igual que el de arriba, pero con dos kettlebells al tiempo. De nuevo es un movimiento de aprendizaje que enseña cómo respirar bajo estrés.

Paseo cruzado: Un peso arriba, como en un paseo del camarero, y el otro abajo, como en un paso del granjero. Es una variante interesante para enseñar al atleta como bloquear la sección media durante el movimiento.

Categoría 2: Sacos, mochilas y chalecos

Puedes usar un saco con arena, con sal, o con lo que sea que te resulte conveniente y barato. El transporte básico es simple: pon la carga sobre tus hombros como lo harías en una sentadilla con barra, o sujétalo delante abrazándolo.

Llevarlo en la espalda te deja las manos más libres, agarrarlo delante complica las cosas ya que la presión interna aumenta, la respiración se ve ahogada por el peso en el pecho, y la necesidad de apretarlo se añade a todos los problemas. Divertidísimo.

Categoría 3: Arrastrar / trineos

Incluye tirar de trineos, troncos, alfombras, empujar coches, subir y bajar desniveles, etc. La forma más simple es enganchar un trineo con peso a tu cinturón y tirar.

Dan recomienda no sólo escoger uno de estos movimientos, sino combinarlos (tirón de trineo seguido de paseo del granjero por ejemplo)

¿Cúanto peso y cuán a menudo hago esto?

Un saco de arena de unos 25kg puede abrirnos bastante los ojos para empezar (nota: yo hasta probaría primero con unos 15-20, que Dan John es bastante bestia). También puedes agarrar la bandeja de una carretilla (o quizás un barreño), conectarlo a tu cinturón y llenarlo de rocas o cascotes para tirar de él.

Se suele recomendar intentar cada uno de los movimientos para agarrar un poco la dinámica de las cosas, sin ir demasiado lejos ni esforzarse demasiado. A Dan como se ha dicho, le gusta ir combinando movimientos seguidos:

Paseo con maleta
Paseo del granjero
Paseo con maleta con mochila en la espalda
Paseo del granjero con mochila
Jalón de trineo
Jalón de trineo con peso abrazado (como en la foto)
Jalón de trineo con mochila en la espalda
Jalón de trineo con peso en las manos y mochila en espalda

Se pueden hacer estos movimientos con equipo mínimo caminando de uno a otro extremo, y con por supuesto mucho trabajo. No va a ser necesario ir muy lejos.

Realizar algún tipo de transporte cargado 3 veces por semana, uno de los días dedicarle una sesión completa sólo a ellos. Se agresivo con ellos. Los paseos de granjeros y llevando una carga abrazada tienden a ser los que más resultado dan para el esfuerzo empleado.

Via: masfuertequeelhierro.com


Consejos para trabajar bien el abdomen


Conseguir unos abdominales fuertes y tonificados es el objetivo de la mayoría de los que entrenamos nuestro cuerpo en el gimnasio. Es cierto que para lucir unos abdominales perfectos es necesario seguir a rajatabla una serie de pautas que pasan por una alimentación correcta, ejercicio aeróbico y ejercicios de tonificación abdominal. A pesar de todo existe un aparte que se nos resiste a la gran mayoría de nosotros, se trata de la zona inferior de la pared abdominal. Esto suele deberse a que no la entrenamos adecuadamente, y por ello queremos hacer un repaso por los principales errores que cometemos.

Esta parte de la pared abdominal es una de las más complicadas de definir, ya que suele ser donde nuestro organismo tiende a acumular grasa, además de ser una de las más difíciles de trabajar, ya que normalmente todos los movimientos inciden más en la parte superior de la pared abdominal. Por ello es esencial que sepamos como aislar de la manera más adecuada la parte inferior del abdomen para así incidir de la manera que buscamos. Por ello debemos corregir algunos fallos habituales a la hora de incidir en esta zona con determinados ejercicios.

Nada de movimientos complejos

En primer lugar es necesario que sepamos que los movimientos deben ser concentrados y cortos, es decir, cada movimiento de cada ejercicio debe incidir en esta parte concreta de manera concentrada y precisa. Para conseguir esto es necesario que simplemente involucremos a la parte inferior de la pared abdominal en los ejercicio, nunca a otras zonas como el psoas o la zona lumbar. Para ello es necesario que el recorrido no implique movimientos muy largos.

Un ejemplo claro de lo que no debemos hacer es cuando realizamos abdominales inferiores en los que elevamos las piernas desde abajo hacia arriba intentando tocar el pecho. Este movimiento suele ser demasiado largo e implicar a varias zonas de la cadera y la parte inferior de la pared abdominal, lo que hace que la tensión se desvíe de la parte que queremos trabajar con estos ejercicios. Por ello es necesario que nos inventemos una línea imaginaria que se proyecte de las caderas hacia delante. Esta línea no la debemos sobrepasar con las rodillas al bajar las piernas. De este modo incidiremos directamente en la parte trabajada.

Un ejemplo, la elevación de pelvis

La elevación de pelvis es otro de los ejercicios más utilizados para trabajar la parte inferior del abdomen y en el que más solemos fallar, ya que normalmente al realizar la elevación solemos elevar demasiado la parte lumbar a costa de inclinar las piernas hacia atrás. De este modo lo que hacemos es desviar la tensión a la parte de los lumbares, dejando de incidir en la zona inferior del abdomen. Para realizar correctamente este ejercicio es necesario que las piernas permanezcan fijas sin moverse de alante atrás. Debemos imaginar que un hilo tira de la planta de nuestros pies y ese es el movimiento que debemos hacer.

Simplemente debemos elevar un poco el trasero, ya que moviendo las piernas hacia arriba y manteniéndolas rectas incidiremos más en la parte inferior del abdomen, pues la aislaremos al máximo, que es lo que buscamos con este tipo de ejercicios. Una cosa debe quedarnos clara a la hora de trabajar la parte inferior de los abdominales, y es que no hay que hacer movimientos muy complejos y elaborados, sino que deben ser concentrados en la parte trabajada para que los resultados sean los que andamos buscando.


Combate el estancamiento en el gimnasio

El objetivo de toda persona que entrena en el gimnasio es conseguir un cambio en su físico, ya sea para ganar masa muscular o tonificar el cuerpo, pero el objetivo es realizar un cambio.
El problema viene cuando nuestros cambios no se producen correctamente y generalmente a eso se le llama estancamiento.

Esto suele ocurrir cuando utilizamos una rutina muy seguida sin realizar apenas cambios en ejercicios, series o carga utilizada y por eso es recomendable variar. A ser posible no utilicéis un mismo entrenamiento varios días seguidos y cambiarlo totalmente cada semana para crear el factor sorpresa que es justamente lo que conseguirá sacaros del estancamiento.

Estas son algunas puntos a valorar para variar el entrenamiento:

Si realizáis series con determinadas repeticiones variar estas con una estructura parecida a la indicada 10,10,8,6.

Variar el peso en cada serie. Si al empezar usáis 10 kg, en la siguiente bajar el peso y en la próxima meter un poco más.

Incluir super series de vez en cuando en vuestro entrenamiento. Así vuestro cuerpo estará desconcertado y os lo agradecerá en los resultados conseguidos.



El calentamiento muscular


Son muchos los deportistas que se ponen debajo de un barra de pesas o sobre aparatos de musculación complejos, sin previo calentamiento. Son bien pocos los deportistas que dedican un mínimo de tiempo a calentar, y menos todavía al descanso final, con sus estiramientos y momentos de serenidad.

La primera finalidad del calentamiento es la de poner el cuerpo y el espíritu en las mejores condiciones para realizar el entrenamiento, sin daños, y sobre todo con la mayor eficacia posible.

El cuerpo debe subir hasta una temperatura óptima, así como aumentar progresivamente la frecuencia cardíaca hasta una frecuencia de trabajo, acelerando la respiración hasta una frecuencia de ventilación óptima. El cuerpo también debe lubricar las articulaciones, calentar los músculos, y finalmente comprobar el estado general del organismo antes de comenzar a realizar los diferentes ejercicios.

1- Temperatura corporal

Para funcionar lo mejor posible, el cuerpo debe consumir y fabricar energía. Para ello, utiliza enzimas que requieren una temperatura corporal superior a la temperatura normal del cuerpo en estado de reposo: 37,2º C de media.

De igual modo, las reacciones químicas que se ponen en activo para la fabricación de energía, requieren una preparación previa que conlleva cierto tiempo (el tiempo de puesta en marcha de los procesos energéticos).

2- Ritmo cardíaco

A lo largo de los ejercicios físicos, los músculos necesitan materia prima para fabricar energía y oxígeno. Esta materia prima se le lleva a los músculos a través de la sangre, así como el oxígeno. Cuando el esfuerzo del trabajo se hace más intenso, se necesita mayor cantidad de O2 y de azúcar, por lo tanto la sangre deberá circular más rápido. Esto es posible gracias a la aceleración del corazón, consiguiendo así que se produzca más energía a lo largo del entrenamiento físico.

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