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28 de noviembre de 2014

Pádel: el deporte “quemagrasas”


El verano es una de las estaciones más esperadas del año pero también de las más temidas, pues la necesidad de desprenderse del exceso de ropa que disimula esos kilitos de más sumados durante el invierno hace que nos pongamos a temblar ante la prueba de fuego: el bikini.

Aunque la llegada del calor se encuentre a la vuelta de la esquina, siempre quedan algunos trucos de última hora para lograr esa ansiada figura estilizada, como por ejemplo comenzar a jugar al pádel y ponerte en forma mientras te diviertes.

Para Hernán Auguste, entrenador de jugadores profesionales, “el pádel es el deporte con más éxito de la última década debido a su fácil aprendizaje y los beneficios que aporta a la salud”. El entrenador nos desvela las razones que han hecho que este deporte no deje de sumar adeptos y se haya convertido en una opción perfecta para mejorar la figura:

El pádel engancha

El pádel se caracteriza por ser un deporte divertido y de fácil aprendizaje, por lo que no te costará nada iniciarte en su juego. Además, gracias a que permite notar la evolución del jugador a medida que se practica, pronto estarás deseando volver a agarrar la pala y continuar superándote a ti misma.
Un deporte “quemagrasas”

Durante un partido de pádel no dejarás de estar en movimiento. De este modo, trabajarás todas las partes de tu cuerpo y facilitarás el fortalecimiento y la tonificación de los músculos, en especial, las piernas y glúteos. Además, gracias a que las lesiones son poco frecuentes, es ideal para mejorar la condición física y quemar calorías para ponernos en forma, lo que nos permite perder aquellos kilos con los que no nos vemos bien. Y todo esto, ¡sin apenas darte cuenta!

Un ejercicio saludable

El pádel es perfecto para mejorar el sistema cardiorrespiratorio y fortalecer el corazón, además de ayudar a prevenir diversas enfermedades como la osteoporosis o la diabetes. De este modo, permite luchar contra el envejecimiento prematuro de nuestro cuerpo y nos aseguramos gozar de más salud a largo plazo. Asimismo, nunca es tarde para comenzar a practicarlo y es accesible para cualquier edad, ya que no exige una gran condición física.

Te sentirás bien, por fuera y por dentro

El pádel requiere concentración y ayuda a mejorar nuestros reflejos. Al ser un juego rápido, incrementa nuestra agilidad y capacidad de reacción. Además, la práctica de ejercicio nos permite sentirnos mejor con nosotras mismas y estar más activas para trabajar y realizar otras actividades, pues nos liberará de las preocupaciones diarias. El pádel mejora también el estado anímico, ayuda a evitar bajadas de ánimo y depresiones y ayuda a subir la autoestima.

Un plan ideal para divertirte con amigos y conocer gente

Al ser un deporte que se juega en parejas, favorece las relaciones sociales y hace que jugar al pádel sea más ameno al estar acompañado. Además, son muchísimos los torneos que se celebran en esta época del año, lo que supone una excusa perfecta para conocer gente. “El pádel nos permite divertirnos y pasar un buen rato con los amigos. Ahora sí, mi recomendación es tomar clases por lo menos una vez por semana para continuar mejorando y así notar los magníficos beneficios que aporta este deporte a nuestro cuerpo”, asegura Hernán Auguste.

Sin duda, jugar al pádel se convierte en el deporte perfecto para el verano, pues nos ayudará a mantenernos en forma ya que movilizaremos todas las partes de nuestro cuerpo al mismo tiempo que nos sentiremos mejor a nivel psicológico y por qué no, también podremos aprovechar para hacer amigos entre partido y partido. Este verano ¡nos vemos en las pistas!



Quema grasa y ponte en forma con las mejores actividades aeróbicas


Con la llegada de la primavera y el aumento de temperaturas que acompaña a esta estación te será mucho más sencillo mantenerte en forma. Si el gimnasio no es lo tuyo, ahora no tienes excusas, súmate a practicar ejercicio al aire libre. Puedes ponerte en forma de una manera divertida con alguna de las actividades aeróbicas que aquí te presentamos, como caminar a buen ritmo, montar en bicicleta o patinar. No exigen un gran esfuerzo y puedes practicarlas sola o acompañada. ¿Te apuntas?
Caminar
Caminar posee un sinfín de beneficios, es una actividad que no requiere aprendizaje ni un equipamiento especial. Además, es apta para todas las edades y estados físicos. Es difícil que te lesiones caminando, aunque puede ocurrir si no utilizas el calzado adecuado, es por ello indispensable elegir unas buenas zapatillas.

• Dedícale 30 minutos al día o acumula ese tiempo en varias sesiones a lo largo de una jornada.

Montar en bicicleta

Se trata de una actividad que todo el mundo puede practicar y que nos traerá recuerdos de la infancia. Puedes ejercitarte con la bici en el gimnasio, al aire libre o con una bicicleta estática en casa, aunque si sufres dolor en la zona lumbar, tendrás que cuidar la postura y no flexionar mucho el cuerpo hacia delante.

• Dedica 20 minutos en cada sesión o acumúlalos durante el día.

Patinaje sobre ruedas

Se trata de una actividad relativamente fácil de aprender, aunque el principal inconveniente al que te enfrentas si te inicias de mayor, es la pérdida de equilibrio y el riesgo de caídas. No obstante, el patinaje es un ejercicio físico muy completo, divertido y que te garantiza unas piernas y glúteos como rocas. Respecto al equipamiento, es bastante sencillo y asequible: casco, rodilleras, coderas y, por supuesto, unos patines adecuados.

• Practica esta actividad durante 30 minutos cada sesión. ¡Pasará volando!
Jugar al tenis
Se trata de una actividad física que requiere unas clases para aprender la técnica y adquirir cierta destreza, de lo contrario pasarás todo el tiempo recogiendo pelotas. Necesitas un profesor o un compañero de pista, y una raqueta y unas zapatillas adecuadas como equipamiento. Evítalo si tienes problemas en la espalda, las rodillas o los codos.

• Dedícale de 45 a 60 minutos por sesión.

Correr

Correr es una de las formas más baratas y sanas de ponerse en forma, aunque para poder practicar esta actividad debes gozar de una buena condición física y no padecer lesiones de rodillas o espalda. Puedes empezar caminando e intercalar unos minutos de carrera hasta que adquieras fondo. Es indispensable elegir unas buenas zapatillas para evitar lesiones.

• Dedica 20 minutos a cada sesión.

Natación

Es una actividad fantástica para esta época aunque necesitas tener cerca una piscina o el mar para poder practicarla. Si no eres una buena nadadora, invierte en unas clases con un profesor, máxime si existen lesiones, para que pueda aconsejarte el estilo y la técnica más recomendada.

• Bastan 20 minutos en cada sesión para comenzar a sentir, por dentro y por fuera, todos sus beneficios.

Controla su duración e intensidad

Todas las actividades anteriormente descritas son de las llamadas “aeróbicas”, que se caracterizan por tener una duración relativamente larga. Por ese motivo, la intensidad no puede ser demasiado alta. Si quieres saber si estás trabajando al nivel adecuado realiza las siguiente comprobaciones:

1. Prueba del habla. Si puedes hablar con cierta fluidez durante el ejercicio, seguramente estás trabajando aeróbicamente de forma correcta. No debes esforzarte para respirar.

2. Escala de esfuerzo percibido. En una escala del 1 al 10, el 1 representa la ausencia de esfuerzo, y el 10, la extenuación. Debes situarte entre el 4 y el 6, aunque esto es una percepción absolutamente personal e individual.



Descubre cuál es la mejor hora para entrenar


Del mismo modo que existe un ciclo para el metabolismo o para el sueño, el rendimiento físico sufre altibajos a lo largo de la jornada, por ello es habitual que existan tantas opiniones como personas que practiquen algún tipo de ejercicio físico a diario sobre el momento más adecuado para hacerlo.

Mientras numerosos estudios apuntan que no hay nada mejor que hacer ejercicio de buena mañana, otros señalan el atardecer como la hora mágica de la jornada para el deporte. “El caso es ponerse a ello, encontrar un momento al cabo del día para hacer ejercicio físico”, asegura sabiamente el entrenador personal Federico García Corral.

Este conocido entrenador personal y asesor nutricional resalta que “más que dilucidar la hora exacta es superar esos condicionantes que podrían impedir el acudir al gimnasio: el laboral y el familiar. Si trabajas, tu momento es a primera hora o a la caída de la tarde; no puedes elegir. Y si tienes que ocuparte de un niño, lo mismo: por eso se ve a tantas personas -sobre todo mujeres– haciendo Pilates a partir de las 10 o las 11 de la mañana. Tienen el tiempo justo antes de que el peque salga de la guardería o del colegio…”. Así que para la mayoría de las personas, el período del día idóneo para hacer ejercicio es… el único que tienen, y que encaja en su agenda.

Cardio por la mañana y ejercicios de fuerza por la tarde

Si la actividad física es moderada no es tan relevante el momento de realizarla, sin embargo, en caso de que puedas elegir el momento para hacer ejercicio, es importante saber en qué momento el organismo está más preparado para realizar entrenamiento cardiovascular o para ejercitar la musculatura.

A nivel hormonal, la testosterona no alcanza su mejor rendimiento hasta media tarde, “por lo que los músculos se encuentran mejor preparados para encarar una rutina a partir del atardecer”, explica el experto. Así, los ejercicios de fuerza, el “fitness” anaeróbico o entrenar la resistencia es aconsejable hacerlo por las tardes.

Por el contrario, de buena mañana el cuerpo está cargado de energía tras el descanso nocturno, y la actividad cardiovascular es muy recomendable efectuarla en ese momento, antes de que nuestros depósitos comiencen a vaciarse.

Respecto a ejercitarse en ayunas o no, el entrenador personal vuelve a establecer una prioridad: “Dejar que transcurran al menos un par de horas tras levantarse, de modo que las articulaciones se engrasen y la circulación se adapte al mayor ritmo que le va a ir imponiendo el ejercicio. El fitness aeróbico es estupendo realizarlo en ayunas, porque de ese modo vacías esos depósitos recién cargados durante el sueño y vuelves a cargarlos con un desayuno completo y equilibrado”.

Para concluir, el experto recuerda que “los beneficios el ejercicio son tan relevantes para nuestro bienestar que lo más importante es hacerlo; a la hora que sea, pero no menos de 30 minutos al día”.


Anaeróbico o aerobio, ¿qué tipo de ejercicio hago?


Estática o también llamada: anaeróbica

Esta actividad provoca una contracción intramuscular intensa con poca variación en la longitud del músculo.

La denominación “anaeróbica” viene dada a que no suele ser una actividad prolongada y que tampoco consume gran cantidad de oxígeno.

El ejercicio estrella anaeróbico es el entrenamiento con pesas, que proporcionará flexibilidad articular, tonificación y/o aumento de la masa muscular y elasticidad.

Dinámica o también llamada: aeróbica

Esta actividad genera movimiento articular porque los grupos musculares se acortan y elongan (estiran) rítmicamente.

Deportes como caminar, correr o nadar, se denominan “aeróbicos” debido a que requieren esfuerzos prolongados y consumo de oxigeno.

El ejercicio aeróbico es capaz de reducir el riesgo de padecer trastornos cardiovasculares y debes incluirlo a tus hábitos de vida.
¡Importante!

Antes de hacer ejercicio sométete a un reconocimiento médico y después escoge la actividad más adecuada según tus objetivos, complexión física, estado de salud, sexo y edad.


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